Uno de los pilares de la reparación de una reputación personal dañada consiste en que el pasado no se puede borrar: la clave está en la generación de contenido positivo que mitigue los efectos negativos.

Sean celebridades, personalidades públicas o individuos comunes, nadie se encuentra exento de sufrir un daño de Reputación Online. Se trata de un asunto grave que requiere de acciones precisas. Evitar la impulsividad y recurrir a profesionales de la gestión son algunas de las primeras recomendaciones que se deben tener en cuenta.
Nociones fundamentales
El primer aspecto a tener en cuenta cuando una reputación personal resulta dañada es que hay que actuar con cautela.
Si se responde al instante y sin premeditar las acciones, es posible que la situación empeore. También hay que desconfiar de aquellas opciones que se presentan como inmediatas: en materia de gestión de reputación online, no hay soluciones mágicas, todo es trabajo cuyos efectos se manifiestan a largo plazo.
Tampoco existe una manera de predecir cuánto tiempo demandará la reparación del daño. Los tiempos del proceso dependen de muchos factores, entre ellos la autoridad de los contenidos negativos y las acciones que se implementen para neutralizarlos.
¿Cuándo eliminar información?
Como práctica profesional, la gestión online ha desarrollado ciertos procedimientos para actuar en casos de crisis. En estos, la eliminación y el abordaje de la información negativa es uno de los aspectos cruciales.
Es una cuestión delicada ya que la eliminación de información puede ser contraproducente: hay casos en los que conviene borrarla y otros en que no.
Por lo general, la información dañina no se encuentra en sitios administrados por la marca involucrada. Lo que significa que no se tiene acceso a su eliminación, o bien que los procedimientos para hacerlo pueden resultar largos y complejos.
La eliminación es posible cuando la información es falsa y/o malintencionada, y la parte afectada sí tiene cierto acceso a los contenidos. Es el caso de imágenes, videos y publicaciones de redes sociales. Y lo mismo ocurre con los comentarios en estas plataformas o en otras como sitios web y tiendas virtuales.
Estrategias de reparación
La anterior es apenas una de las tantas alternativas que existen para hacer frente a un caso de reputación online dañada. Otras de las opciones que se pueden aplicar son las siguientes:
Promoción de imagen positiva
Una estrategia debe centrarse más en el desarrollo de acciones positivas en presente y a futuro que en el intento de borrar el pasado.
Es una cuestión de perspectiva: no se trata de eliminar los contenidos dañinos en sí, sino más bien de restarles impacto.
La optimización de motores de búsqueda es clave. La idea es que los primeros resultados que aparezcan sean favorables a la reputación de la marca. Y el propio Google también aporta lo suyo al priorizar los contenidos más recientes sobre los antiguos.
Crear contenido personalizado
La generación de contenido es clave para promover una imagen positiva de marca. En casos de reputación dañada, cada creación debe responder específicamente a aquellas publicaciones negativas que no se pueden eliminar. Para refutarlas y compartir la información correcta y pensando también en el posicionamiento SEO.
Aumentar la oferta
Al incrementar la variedad de opciones positivas, lo negativo pierde peso: no porque desaparezca, sino porque queda en segundo plano.
La clave está en crear más canales de comunicación. Cuentas de redes sociales, de YouTube, blogs, sitios web y demás.
Se debe tener en cuenta que, una vez creados los nuevos canales, hay que mantener su actividad incluso superado el daño de reputación. Implica más trabajo, pero también más herramientas para la construcción de una imagen favorable a largo plazo.
Monitoreo
Se vincula a la creación de contenido y a la optimización de motores de búsqueda. Lo que hay que hacer es buscar el nombre de la marca afectada. Los enlaces que aparecen primero son aquellos en los que se debe aumentar la actividad.
Sumar seguidores
Es otra clave para construir una reputación online positiva: cuantas más personas sigan una cuenta, mayor será la autoridad de la marca en el entorno virtual.
Conclusiones
La solución a toda crisis comienza en su propia aceptación. También en la adopción de una postura realista respecto a la mitigación de los daños.
El pasado no se puede borrar. Tampoco se puede esperar una ausencia total de enlaces negativos asociados a la marca en los resultados de una búsqueda online.
La postura correcta es apostar por acciones en el presente que mitiguen el efecto negativo de los contenidos y que, a largo plazo, los opaquen.
Ante la difusión de información falsa y acusaciones malintencionadas, se deben negar y ofrecer las pruebas de lo contrario. Si el daño se genera por un error comprobable de la marca, se debe asumir la culpa y brindar las soluciones correspondientes.
Recurrir a profesionales de la gestión de la reputación online es también una de las mejores decisiones: por lo grave que resulta un daño de imagen personal y porque la práctica ya cuenta con sus métodos de reparación probados.